Puede que las cosas no estén saliendo como me gustaría. Puede que no sea como he planeado. Puede que el día a día se me tuerza. Pero siempre puedo levantarme con una sonrisa. Siempre puedo disfrutar de lo inesperado. Porque me doy cuenta de que las cosas que no se planean son en las que mejor me lo paso.
Totalmente de acuerdo. Queremos tenerlo todo bajo control, perfectamente planificado y organizado, por el miedo y la inseguridad que nos provoca lo inesperado. Desde luego, no es fácil...en ello estamos.
ResponderEliminarBss ;)
Efectivamente María, muchas veces hay que dejar a un lado las planificaciones y vivir el día a día como si nunca lo volvieses a vivir :)
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