Un mes lleno de sentimientos. Lleno de dudas. Lágrimas. Agobios. Madrugones. Un mes donde lo único que podía hacer era seguir sentada. Sin levantarme. Un mes atada a los libros. Un mes lleno de sueños. De necesidades. Y por fin ese mes ha terminado. Junio es uno de esos meses de los que se podrían borrar del calendario. Es una infernal montaña a la que no le ves el fin.
Pero todo esfuerzo tiene su recompensa. Y aquí estoy, volviendo a escribir. Volviendo a lo que me gusta. A lo que me hace feliz. Desahogándome un poco cada día. Contando mis emociones y sensaciones. Sintiéndome libre de nuevo. Muchos sabréis a lo que me refiero. Y para los que no lo sepan, es increíble llegar a la cima.
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